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La plaga de la Tuta reduce la producción de tomate esta temporada

Conocida también como la polilla del tomate, la tuta absoluta es una plaga para los cultivos de patata, tomate y otras solanáceas.

Esta plaga es originaria de Sudamérica, apareciendo en los cultivos de tomate en España en el año 2007.

Tiene un alto potencial reproductivo, poniendo la hembra entre 40-50 huevos durante su vida, pudiendo llegar incluso a los 260. Además, éstas son de hábitos nocturnos, mientras que durante el día se esconden entre el follaje de las plantas, lo cual dificulta su detección.

Estas larvas, en su nacimiento penetran directamente en los frutos, en las hojas o en los tallos para alimentarse, creando perforaciones y galerías como se puede observar en las imágenes.

Esta polilla ha sido el principal problema para los agricultores de tomate, dado que en esta campaña ha mostrado resistencia a los productos insecticidas específicos.

De hecho, la Tuta hizo que se arrancaran cultivos antes de tiempo, justo al inicio de su campaña de recolección en octubre-noviembre.

No obstante se pueden ofrecer también buenas soluciones como por ejemplo el parasitoide Necremnus tutae que es capaz de aplacar la plaga incluso durante el invierno.

Para que prospere esta especie, que no está disponible comercialmente, hay que iniciar el cultivo con el depredador Nesidiocoris. Además hay que aprovechar otros métodos de control alternativos, como las trampas, feromonas para la confusión sexual y sueltas frecuentes del parasitoide de huevos Trichogramma acheaea.

El problema reside en que cada vez es más complicado mantener esta plaga a raya. Esto se debe a que el tiempo de producción es más amplio cada vez. En los primeros años en que esta plaga apareció en España había temporadas en los que esta se moría al no encontrar sustento, sin embargo ahora el tiempo de producción prácticamente sin descanso hace que la plaga permanezca viva.

Otro de los factores que también se cree que puede ayudar a que proliferen estas pagas es el uso excesivo de fitosanitarios. Esto hace que los insectos desarrollen resistencia a los insecticidas que se utilizan. Por esto, la Unión Europea recomienda la utilización de productos específicos para cada una de las plagas.